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Historia

 

 

Como se ha podido establecer por los diferentes yacimientos encontrados, parece ser que los primeros asentamientos humanos en esta zona  se remontan al Paleolítico. Los vestigios más antiguos que existen son de la Edad de Bronce, aparecidos en el Cerro de la Solana, El Castellar, Cerro de la Masía de Fuertes y en Las Alhambras. De la época íbera existen restos en los yacimientos del Puntal de la Milocha y El Cerro.

De la época del Imperio Romano conservamos una atractiva lápida votiva dedicada a Hércules y se han encontrado monedas en el Corral de Mosen Pedro y ánforas enla Fuente Viejade Alcotas y en Las Alhambras, lo que nos indicaría una sólida presencia en la zona.

En la época de dominación musulmana lazona de Manzanerafue repoblada por musulmanes de etnia Beréber, originarios del norte del Atlas, que se establecieron en la zona posiblemente por la afinidad de estas tierras con sus lugares de origen y la similitud en las actividades económicas, básicamente ganaderas, que ofrecíala zona. Abundantesmuestras de esta dominación han quedado en la etimología de la zona, con nombres de origen arábigo como Alcotas, Albentosa o Javalambre (Javal Ambr en árabe, cuya traducción literal sería la “montaña roja”, dado el color característico de las tierras de la comarca).

Fue reconquistada a los musulmanes en 1202, por el rey Pedro II de Aragón (dato obtenido de un pergamino existente en el archivo de la Corona de Aragón) y donada a Berenguer de Entenza para su repoblación (Carta Puebla de Manzanera. Archivo Corona de Aragón, reg. 11, fol, 155 vº y perg. 1, del apéndice de Pedro I (carpeta 65), tal como explica el doctor Antonio J. Gargayo Moya en su obra El Concejo de Teruel enla Edad Media1177-1327. Sin embargo esta primera ocupación fracasó, perdiéndose el enclave en una fecha no precisada. En 1231-32 se encontraba en poder de los musulmanes, siendo saqueada por las huestes concejiles turolenses. Fue nuevamente conquistado pocos años después, coincidiendo con el definitivo avance aragonés hacia Valencia.

Jaime I (1213-1276), hijo del anterior monarca concedió a la población el título de Villa, al ser un enclave fronterizo bien amurallado. Para establecer el límite occidental del Reino de Valencia, en su punto lindante con Aragón, tomó como base del mismo la cuenca del Mijares (Millars) La frontera utilizaba el llamado río de las Truchas (antigua denominación del río El Paraíso en la documentación de los siglos XVI y XVII) y seguía hacia el sur. Por el río de las Truchas se va hacia el Camino de Abejuela y Arcos de las Salinas de donde se desciende hacia Alpuente en la cuenca del río Turia dentro del reino de Valencia. Alpuente, con el nombre de “Alpont” fue sede del antiguo Reino de Taifas, que fue conquistado por el “Cid Campeador”.Maçanera (ese era el nombre de la Villa en su Carta Fundacional) fue el último enclave de Aragón arrebatado a los árabes.

Manzanera figuraba como castillo fronterizo y recinto fortificado frente a los musulmanes de Alpuente y los que podían descender por Arcos de las Salinas desde el reino musulman de Valencia. Se da la curiosidad que el propio Berenguer III de Entenza murió en una acción bélica contra los sarracenos en las proximidades de la villa.

Manzanera fue heredada por sus hijos Berenguer IV de Entenza y Gombau de Entenza, quienes participaron activamente en la conquista de Valencia a las órdenes del rey Jaime II. De hecho, la villa sirvió, en un primer momento, como plataforma logística para llevar a cabola conquista. Unavez la frontera se desplazó al sur, la importancia estratégica de la villa perdió importancia.

La fortaleza estuvo vinculada a los Entenza hasta bien entrado el siglo XIV, momento en el que Teresa de Entenza se casa con el infante Alfonso (futuro Alfonso IV), dejando en herencia la fortaleza y el señorío a su hijo, el futuro rey Pedro IV; de este pasó a Juan I, que en 1390 se lo concede a Pedro Ladrón de Vilanova, de forma paralela a la institución del vizcondado de Chelva. D. Pedro Ladrón de Vilanova fue fundador del convento de  San Francisco, de Manzanera, cuya bula fundacional es la más antigua de esta orden en Aragón.

Durante casi un siglo y medio Manzanera perteneció al vizconde de Chelva, aunque fue efímeramente ocupada por Ximeno de Urrea, señor de Biota, hasta que, el 26 de agosto de 1537, Pedro Ladrón vendió este señorío a D. Fernando de Aragón, duque de Calabria, que la adquirió, según se desprende de las ordinaciones que mandó redactar, por su afición a la caza y la pesca tan abundantes en ese territorio. (Una copia de estas ordinaciones fue publicada por el Ayuntamiento de Manzanera en enero de 2008, pudiéndose adquirir una copia de las mismas en el citado Ayuntamiento)

El duque de Calabría había sido heredero del Reino de Nápoles, que le fue denegado por disputas  entre los reinos español y francés. Estuvo casado con Doña Germana de Foix, segunda esposa de Fernando el Católico, siendo nombrados ambos virreyes de Valencia por Carlos I.

. En su testamento del 25 de octubre de 1550, el duque, instituyó heredero de todos sus bienes al Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia; monasterio del que Germana y él habían promovido la construcción y querían convertir en su mausoleo. El convento tomó posesión de la villa de Manzanera el 3 de noviembre de ese mismo año.

Durante la edad moderna, la villa de Manzanera se convirtió en un próspero enclave comercial gracias al comercio de la lana, que atraía a mercaderes italianos y catalanes que buscaban materia prima para su floreciente industria textil.

La villa perteneció al Monasterio hasta el año 1805, cuando, con arreglo a una Real Orden del 6 de junio de 1797, se solicitó la incorporación de la villa ala Corona. Despuésde un lento pleito, el 16 de diciembre de 1828, el Monasterio renunció al señorío y traspasó a favor dela Real Haciendatodo el derecho y acción que tenía y pudiera tener sobre la villa.

Entre junio y diciembre de 1810, albergó la Junta Superior de Aragón y Castilla, en el contexto de la guerra de Independencia napoleónica o Guerra del Francés (1808-1812)

En el desarrollo de la primera guerra Carlista, el 25 de octubre de 1835, la columna de Amor y Buil alcanzó en Manzanera al Comandante en Jefe de las fuerzas carlistas del Bajo Aragón, Ramón Cabrera y Griño, Conde de Morella, a quien hizo retroceder y que se hizo celebre por sus crueldades y represalias. En 1839, los carlistas fortificaron Manzanera, siendo atacado su fuerte por el general Hoyos y cañoneado desde el amanecer del 14 de diciembre de dicho año hasta que se rindieron los 45 hombres que lo defendían.

En 1835 el Convento o Monasterio de los Franciscanos que existía en la confluencia de los ríos de Los Olmos y El Paraíso, fundado por D. Pedro Ladrón de Vilanova en 1390, desapareció a raíz de la conocida desamortización de Mendizábal. Los altares pasaron a la Parroquia, de donde desaparecieron en 1936 durantela Guerra Civil. Algunascasas particulares conservan restos de pavimentos, zócalos y azulejos del Monasterio y la puerta del mismo podemos encontrarla en un hostal de Jérica llamado “El Hostalejo” (según se desprende del artículo sobre Manzanera publicado por Felipe Mateu y Llopis) (para más información sobre el Monasterio puede consultarse el libro de D. Javier Martín Noguera “Iglesia Parroquial de El Salvador, de Manzanera”)

A fines del siglo XIX la villa conservaba parte de la muralla y las torres perimetrales  pero durantela Guerra Civil española Manzanera se halló en el epicentro de un frente estabilizado y con dos ejércitos que aplicaron una estrategia de desgaste y tierra quemada que supuso la práctica desaparición de muchos bosques, caminos y masías de la zona, así como un importantísimo deterioro, cuando no la destrucción total, de las infraestructuras y viviendas dela población. El frente de Teruel se mantuvo estabilizado en Manzanera desde julio de 1936 hasta finales de 1938. Durante este período la villa fue evacuada en diversas ocasiones.

Durante la posguerra de la Guerra Civil fue un importante enclave del los maquis de la zona de levante.

Su conjunto urbano fue premio nacional de embellecimiento “Conde de Guadalhorce” en 1971.

El escudo de la villa de Manzanera fue aprobado por el Ayuntamiento el 28 de febrero de 1994 y autorizado por la Diputación General de Aragón el 14 de febrero de 1995.